El "Turismo de las experiencias”; sus bases filosóficas, conceptuales y metodológicas

Hablar de experiencias en turismo no es algo nuevo. Es cada vez más frecuente encontrar en las propuestas de viajes, mensajes que destacan los aspectos sensoriales y hasta emocionales intrínsecos a una experiencia de vacaciones. No obstante, en la mayoría de los casos, sólo se trata de una actualización del diseño comunicacional y de marketing que busca captar la atención del viajero, pero que no viene de la mano de una genuina innovación de contenidos. Sin embargo hablar de experiencias turísticas que pueden ser capaces de generar un antes y un después en la vida del viajero, es algo muy diferente.












Las experiencias enmarcadas dentro del turismo experiencial, sobretodo en el nivel transformacional, son catalizadoras de cambio profundo; un cambio que se evidencia en la relación del sujeto con su entorno (familiar, laboral, social, etc.), en su relación con la Naturaleza, con el mundo en general y consigo mismo.

"Viajar" se transforma entonces en sinónimo de "Cambio" 

La condición necesaria para que exista un cambio en la subjetividad del viajero, es que la experiencia arroje como producto resultante un "aprendizaje significativo". El aprendizaje significativo es aquel que genera un antes y un después de ese acontecimiento de la vida; es el portador de lo nuevo a nivel de pensamiento, de emoción y/o de comportamiento. El aprendizaje significativo abre posibilidades hacia el futuro. Por ese motivo el turismo experiencial tiene su origen en el terreno de la educación experiencial.

El modelo educativo experiencial tiene como propósito, el promover aprendizajes significativos por la vía de la experiencia. 

De este marco el Turismo experiencial adopta sus aspectos filosóficos, sus valores directrices y sentido de misión. Así también, con ciertas adaptaciones, su abordaje metodológico e instrumental.

Para ilustrar más claramente la estrecha relación entre turismo y educación experiencial, vale mencionar que ésta última se apoya en valores como la libertad, la participación activa, la iniciativa propia, la integración, el respeto, la diversidad y el cuidado del medio ambiente. Por su parte, podríamos afirmar que el viajero experiencial es aquel que quiere tomar decisiones, ser protagonista en lugar de ser espectador, quiere tener libertad para elegir, busca integrarse a la cultura del lugar que visita, valora la diversidad y ha desarrollado una cierta sensibilidad y conciencia ambiental.


Publicado por Walter Lema



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